Ésta fue mi primera motivación para poner en marcha Docementos, partiendo de dos ideas: Todo tiene un nombre y todo está en la Red, nace el blog -que es más vuestro que mío- con una clara vocación de servicio. La primera finalidad de Docementos es, pues, clarificar búsquedas sobre personas y sitios que pueden ser de interés en el ámbito de la cultura, el arte y la literatura, pero también, por extensión, de la propia vida. Con la intención de convertirse en un repositorio de referencia, Docementos, con las limitaciones propias de su autor, no pretende convertirse en una enciclopedia sino en un lugar de encuentro y de búsqueda.
El impulso que le he dado a Docementos en su primer mes de vida es para mí imposible de mantener, con lo que, en adelante, y salvo que encuentre colaboradores altruístas, el ritmo de publicación será mucho menor que hasta ahora. Hay una base de 104 entradas que espero ir incrementando a un ritmo de de treinta o cuarenta al mes en adelante. Si alguno de los presentes dispone de tiempo y humor, estoy dispuesto a recibir colaboraciones que amplíen esta capacidad. Otro de mis objetivos es ir mejorando paulatinamente la calidad y eficacia de los post. Esta reducción en la frecuencia de publicaciones también puede facilitar esta tarea. Es mi intención ir revisando y ampliando las publicaciones conforme vaya encontrando nuevos elementos de interés, así como ir adecuando a un sentido cada vez más práctico el directorio del blog, basado en etiquetas que deben facilitar cada día más la búsqueda.
Docementos también se propone como un lugar de debate y de disfrute. Puede que incremente la frecuencia de edición con más aparato gráfico y audiovisual y que hasta plantee entradas para el debate. No puede esperarse, no obstante, que Docementos me sirva también para exponer mi obra literaria, lo cual puede ser un motivo de alivio., básicamente porque eso no se corresponde con la naturaleza del blog.
No pretendo convertirme en crítico. Mi actitud hacia cada publicación debe ser, a la vez, amorosa y fría. Pero aprovecharé, como hasta ahora, para denunciar carencias, inexactitudes y faltas de rigor que vaya encontrando, así como para apoyar, alentar y felicitar iniciativas positivas, y muchas hay.
Salta al ruedo, de este modo, Docementos, y Docementos será lo que sus lectores y amigos quieran que sea.
Manuel Pérez-Petit, editor.
______________________
Digo, por otra parte, que ésta es la segunda época de Docementos, y eso puede ser misterioso para la mayor parte de vosotros. Bien. El nombre "Docementos" es mío. Cuando yo organizaba la TertuLía de los doce o de los miércoles, que promoví junto a los artistas Carlos Franco y Manuel Franquelo, y que fundamos con Antonio Bueno Tubía, Santi Vega, Sergio Sanz, Francisco Higuera, Modesto Trigo, Ilia Galán, Juan Antonio Lleó, Javier Paxariño y Juan Manuel Ruiz, bajo los auspicios iniciales de Lía Chapman, puse en marcha la primera época de Docementos, una publicación en papel que daba noticias de los integrantes y amigos de la TertuLía. Por aquellos tiempos de hace un lustro, personalidades diversas pasaron por allí e hicieron de aquella reunión de amigos algo mucho más potente todavía. Muchos se integraron o fueron habituales, y aquello sí que fue una fiesta. Hoy siguen reuniéndose muchos de ellos, pero la TertuLía ya no es lo que fue. Me sigo reservando, como en varias ocasiones he apuntado en mis notas de Facebook, hacer un día un texto sobre la TertuLía. No nombro a más gente ahora para evitar, entre otras cosas, cometer injusticias que no me permito ni están en mi ánimo. Muchos mis amigos de Facebook son testigos de esta historia y ellos podrán corroborar lo que aquí cuento.
La imagen de cierre de esta entrada se correponde a con una reunión extraordinaria y abierta de la TertuLía que tuvo lugar en abril de 2006 ó de 2007, cuando ya empezaba a ser otra cosa... En la imagen, reconozco, de izquierda a derecha, a partir de la tercera persona, inclusive, a Francisco Higuera, Susan Nash, Santi Vega, Paul Smith, Antonio Bueno Tubía, Juan Manuel Ruiz, Carlos Franco, Manuel Franquelo, yo mismo, Amador Braojos, Antonia Valero... Pido disculpas por no reconocer al resto o no recordar sus nombres.
También incluyo cuatro retratos. El primero es el que hizo en óleo sobre tela Modesto Trigo -aún estaba sin terminar-, el segundo es una composición de Francisco Higuera y el tercero y el cuarto son de Antonio Alvarado Paradinas.
Algunas de estas obras están perdidas, pero su testimonio gráfico ahí queda. Me hubiera gustado tener digitalizado el retrato que me hizo Carlos Franco en abril de 2004, pero no es así, y esa obra sí que la conservo, con lo cual siempre puede mostrarse. Existió una web de la TertuLía,también hoy perdida
No hay comentarios:
Publicar un comentario